Los encuentros deportivos más polémicos y controversiales
Lamentablemente, el fútbol ha presenciado encuentros deportivos marcados por la violencia y los enfrentamientos que han dejado heridos y repercusiones negativas.
Estos incidentes son altamente condenables y van en contra de los principios deportivos y la seguridad de los jugadores y aficionados. A continuación, mencionaremos algunos de los encuentros más polémicos y violentos en la historia del fútbol
Choque épico: superclásico Boca-River 2023
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El último superclásico disputado entre los dos equipos más grandes del fútbol argentino, River- Boca, terminó en polémica.
Cuando el partido parecía finalizar en empate, el árbitro Darío Herrera cobró un penal para River en los últimos minutos. El jugador Miguel Borja sentenció a Sergio Romero y, así, el “millonario” se puso en ventaja por 1 a 0, que iba a ser el resultado definitivo.
En el festejo efusivo de los dirigidos por el DT Martín Demichelis, Agustín Palavecino le gritó el gol en la cara a algunos jugadores de Boca y desató la ira del plantel “xeneize”, quienes cuestionaron fervorosamente el accionar del volante de River.
A partir de ese momento, tumultos, empujones, algunos golpes y expulsados en ambos equipos dieron final a un partido, que en el desarrollo dejó varias polémicas. En Zona 10 recordamos y hacemos un repaso por partidos icónicos que terminaron con hechos de violencia dentro de la cancha.
Contienda desmedida entre Boca y Colo-Colo (1991)
Corría 1991, el 22 de mayo, las semifinales de la Copa Libertadores. En el partido de ida, Boca derrotaba al conjunto chileno por 1 a 0, con un gol de penal.
En el primer partido en Buenos Aires, cuando el plantel del “Cacique” estaba rumbo a la Bombonera, y a mitad de camino, “la 12” (barra brava de Boca) los paró y no la pasaron nada bien.
Se notaba que esa semifinal se vivía como algo más que un cruce deportivo, sino que también le cargaban toda la tirantez política que existía entre Chile y Argentina.
La vuelta se jugó en Santiago de Chile, en un estadio repleto por más de 65000 hinchas. Los comandados por Oscar Washington Tavárez, se encontraron con un clima hostil y de mucha efervescencia.
Colo-Colo dio vuelta el resultado, con un campo de juego desbordado por “supuestos” fotógrafos y alcanzapelotas, que invadieron la cancha en cada gol y que terminaron provocando una batalla campal, que quedará en la historia negra de este deporte.
El caos llegó a los 37 minutos del segundo tiempo, cuando Martínez metió el 3-1, y otra vez hubo invasión de gente en el campo. Ya se habían metido en la cancha a gritarles los goles en la cara a los jugadores de Boca, quienes explotaron después del 3-1, reclamando una posición adelantada del goleador.
“Había demasiada gente en el campo de juego. Después supimos que eran hinchas caracterizados haciéndose pasar como periodistas y fotógrafos, que estaban permanentemente agitando el clima y a la gente, que estaba enardecida”, contó Diego Latorre (ex jugador, quien metió el único gol para Boca en dicho encuentro) al recordar aquel episodio.
La pelea fue intensa: con los jugadores golpeando y defendiéndose sin saber contra quiénes luchaban, fotógrafos revoleando sus cámaras, el Maestro Tabarez ensangrentado y cortado mostrando la cámara con la que le pegaron, y Navarro Montoya mordido por un perro, Ron, que se hizo famoso aquella noche.
Sorpresivamente, a pesar de los aberrantes hechos, el partido continuó después de varios minutos. El árbitro brasileño, Renato Marsiglia sólo expulsó a Giunta y Yañez, y así se completó el encuentro hasta el final.
Mientras los chilenos festejaban su clasificación, para el plantel de Boca no fue fácil la salida del estadio, ya que los hinchas de Colo-Colo apedrearon el micro de Boca a la salida del estadio.
Detuvieron a Tabárez y Giunta quienes tuvieron que ir a declarar en el juzgado y fueron liberados tras pagar una fianza de 50 mil pesos chilenos. Hubo alrededor de 120 detenidos y ocho heridos.
Fue considerado un típico partido de “la vieja Libertadores”, ahora definida como una época donde “valía todo”, y no hubo ningún tipo de sanción por los ataques después del escándalo ocurrido en el estadio Monumental de Santiago.
Dos semanas más tarde, Colo-Colo volvió a ser local en su cancha como si nada hubiera pasado, con las tribunas llenas, para definir la Copa frente a Olimpia.
Choque explosivo River- Sao Paulo en la semifinal de la Sudamericana 2003
Este enfrentamiento épico entre dos titanes del fútbol sudamericano nos dejó una final llena de tensión, emociones y una serie de incidentes que aún resuenan en la memoria de los aficionados.
El Estadio Morumbí en São Paulo fue testigo de esta histórica final que enfrentaba al equipo argentino River Plate contra el poderoso San Pablo de Brasil. La expectativa era enorme, ya que ambos clubes contaban con una gran afición y un prestigio consolidado en el fútbol sudamericano.
El partido comenzó con un ritmo frenético. Ambos equipos salieron decididos a imponer su juego y ofrecer un espectáculo digno de una final.
River Plate, respaldado por su numerosa hinchada, mostró su tradicional fútbol ofensivo y buscó tomar la iniciativa desde el primer minuto. San Pablo, por su parte, se mostró sólido en defensa y buscó aprovechar las oportunidades de contragolpe.
Desde el inicio, el partido se volvió tenso y agresivo, especialmente después del primer gol del San Pablo.
La violencia entre ambos equipos fue aumentando con el transcurso de los minutos, y en gran medida, se responsabilizó al árbitro uruguayo Larrionda por no haber mostrado tarjetas rojas mucho antes.
El encuentro concluyó con una victoria de 2-0 para el equipo local, lo que llevó a la definición por penales para determinar qué equipo avanzaba a la final.
Sin embargo, justo al sonar el pitido final, los jugadores de ambos equipos se enzarzaron en una pelea, desatándose un caos generalizado. Los suplentes ingresaron al campo, se lanzaron patadas y la situación se salió de control.
Finalmente, seis jugadores fueron expulsados por Larrionda, tres de cada equipo (en River: Ameli, Guillermo Pereyra y Barrado ), y el partido se definió mediante una tanda de penales.
River Plate fue demodelor y convirtió cuatro disparos (Alejandro Domínguez, Coudet, Ludueña y Tuzzio), mientras que San Pablo falló dos: Costanzo le detuvo el primero a Souza y luego Diego Lugano erró el suyo.
Tras el escándalo y el resultado de 4-2 en los penales, el equipo dirigido por el chileno Manuel Pellegrini terminó celebrando en el estadio Morumbí.
Mano a mano Boca-River de 2004: el arañazo “del muñeco”
El escenario de este enfrentamiento épico fue el estadio de Boca Juniors, la Bombonera. Desde el pitido inicial, la tensión y la rivalidad se palpaban en el ambiente.
El partido se desarrolló con gran intensidad, con ambos equipos buscando la victoria que les permitiera avanzar a la ansiada final de la Copa Libertadores 2004. Ni Boca ni River soñaban con una final de Libertadores mano a mano. Había tensión, nervios, emoción tanto en la cancha como en las tribunas.
Dos protagonistas sin reconciliación que nunca volvieron a entablar una conversación, como jugadores, ni posteriormente como entrenadores.
El enfrentamiento candente dejó cicatrices, huellas y posiblemente algún resentimiento. Un Superclásico más encendido y efervescente que nunca. Entradas duras, expulsiones, discusiones, empujones y de repente, rostro agredido que todos recordarían.
En un partido en el que Boca Juniors ya se encontraba en ventaja por 1-0 con gol de cabeza de Schiavi a los 27 minutos, se produjo una jugada que desencadenó un escándalo y quedó grabada en la memoria de todos los presentes.
Cascini le arrebató el balón a Gallardo y él respondió con una patada por detrás. El mediocampista de Boca fue a encararlo y el jugador de River metió cabezazo, generando una rápida reacción.
El árbitro Claudio Martín no dudó en sacarles la tarjeta roja a ambos.
Con las expulsiones la situación se volvió aún más intensa. Gallardo comenzó a pelearse con todos a su alrededor. Abbondanzieri, el arquero de Boca, llegó corriendo desde su arco y se convirtió en el principal protagonista del conflicto.
Hubo un puñetazo por parte del jugador de River y también un arañazo, que terminó con el arquero con el rostro ensangrentado.
Las imágenes se transmitieron una y otra vez por los medios de comunicación, generando un debate acalorado sobre la ética deportiva y el fair play.
La acción de Gallardo fue duramente criticada, tanto por la afición de Boca Juniors como por neutrales, mientras que los seguidores de River Plate defendieron a su ídolo argumentando la tensión del partido.
El gesto agresivo de Gallardo generó una división de opiniones y alimentó la rivalidad histórica entre ambos clubes.
La tercera roja fue a los 40 minutos del primer tiempo para Garcé, por una impresionante plancha al colombiano Vargas. En la parte final hubo menos agresiones a pesar de que la tensión se mantuvo.
Boca se llevó la victoria por 1-0 y una semana después, sin contar con los tres jugadores expulsados que recibieron una suspensión de dos partidos, logró el pase a la final en el estadio Monumental, al ganar en la tanda de penales por 5-4. Ese encuentro también estuvo lleno de intensidad y emociones.
Final escandalosa en Brasil 2012: San Pablo vs Tigre
Este partido quedará marcado en la historia del fútbol por su desenlace controvertido y los incidentes que ocurrieron tanto dentro como fuera del campo. Una final llena de tensión y polémica.
El estadio Morumbí en São Paulo fue el escenario de esta final de la Copa Sudamericana entre dos equipos con gran tradición en el fútbol sudamericano. San Pablo, uno de los clubes más laureados de Brasil, se enfrentaba a Tigre, un equipo argentino con un buen desempeño en el torneo.
Desde un principio, los dirigidos por Néstor Gorosito no la venían pasando bien. Se les negó la seguridad para moverse libremente y, además, fueron enviados a entrenar en un campo lejano al hotel.
Como si eso fuera poco, el colectivo que los transportaba fue apedreado camino al escenario de la final. Todo esto en el contexto problemático y lleno de pasión del fútbol sudamericano no sorprende en lo más mínimo.
Desde el inicio del partido, el ambiente en el estadio era eléctrico. San Pablo salió decidido a imponer su juego y se adelantó en el marcador tempranamente con un gol de Luis Fabiano.
La ventaja en el marcador hizo que Tigre se volcara al ataque en busca del empate, generando un juego más físico y friccionado.
Sin embargo, la tensión aumentó aún más cuando se desataron una serie de incidentes entre los jugadores de ambos equipos.
Las faltas duras y los roces constantes generaron un clima de hostilidad en el campo, con jugadores de ambas escuadras intercambiando empujones y palabras altisonantes.
El primer tiempo finalizó 2 a 0 a favor del equipo Brasileño, pero para “el matador” lo peor estaba por venir.
El momento más escandaloso ocurrió en el entretiempo. Según se informó, hubo un enfrentamiento en los túneles del estadio, donde Tigre se encontró con un grupo de barrabravas de San Pablo, quienes atacaron a los jugadores. Palazos, piñas e incluso armas estuvieron involucradas.
El personal de seguridad hizo acto de presencia. Sin embargo, en lugar de proteger a los agredidos, se unieron a los forcejeos iniciados por los fanáticos de San Pablo.
Varios jugadores del Matador resultaron heridos. Esta situación provocó que el equipo argentino decidiera no salir a disputar el segundo tiempo, alegando falta de seguridad para sus jugadores.
El árbitro del encuentro,el chileno Enrique Osses, ante la ausencia de Tigre en el campo, decidió dar por finalizado el partido y otorgarle el título a San Pablo.
Los brasileños están en pleno júbilo. Rápidamente se prepara el escenario para la ceremonia de consagración, donde Rogerio Ceni y el goleador Lucas Moura reciben la Copa Sudamericana.
Las tribunas del Morumbí están de fiesta. La controversia salió victoriosa. Esta determinación causó un gran revuelo y una ola de críticas hacia la organización y seguridad del evento.
Tigre, por su parte, denunció las agresiones por parte de los miembros de seguridad de San Pablo y presentó una queja formal ante las autoridades.
Las repercusiones de esta final escandalosa no se limitaron al ámbito deportivo.
Las autoridades deportivas y los organismos encargados de la seguridad se vieron en la obligación de investigar los incidentes y tomar medidas para evitar que situaciones similares se repitan en el futuro.
La final escandalosa en Brasil 2012 entre San Pablo y Tigre estuvo marcada por la tensión, los incidentes y la controversia.
Este suceso quedará en la memoria de los aficionados al fútbol como uno de los episodios más contenciosos de la historia reciente del deporte rey en Sudamérica.
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