El Revuelo por el Partido de Messi Frente a Venezuela

Hay partidos que se convierten en parte de la identidad de un pueblo. El duelo entre Argentina y Venezuela por las Eliminatorias rumbo al Mundial fue exactamente eso: un partido cargado de emoción, de nostalgia y de magia. ¿Una despedida emotiva? 

¿Por qué tanto revuelo? Porque no fue un partido más: fue la última función oficial de Lionel Messi con la camiseta de la Selección en territorio argentino por Eliminatorias. 

Y eso, en un país donde el fútbol se vive como religión, es motivo de lágrimas, festejo y aplausos eternos.

Messi convirtió dos golazos, sonrió, se emocionó y se despidió con la jerarquía que siempre lo caracterizó. 

Pero lo que generó este partido no puede resumirse en un par de goles. Fue una mezcla de despedida, celebración y homenaje en vida al mejor de todos los tiempos.


El contexto: ¿por qué este partido era tan especial?

Última función en Eliminatorias en Argentina: despedida

El revuelo comenzó cuando se confirmó que el encuentro contra Venezuela sería el último partido oficial de Messi en Argentina por Eliminatorias. La Selección ya estaba clasificada, y el calendario marcaba que, hasta el Mundial 2030, no habría más duelos oficiales en el país. Eso transformó la noche en una despedida simbólica.

Los hinchas lo sabían. Desde horas antes del partido, el Monumental se vistió de fiesta

Familias enteras, camisetas albicelestes con el 10 en la espalda, banderas con frases de amor eterno y un clima de emoción en cada rincón. 

La expectativa no era solo por ver jugar a la Selección: era por vivir, quizás, una de las últimas veces a Messi en casa.

La presencia de la familia

Otro detalle que le dio mística al partido fue la llegada de Messi acompañado por su esposa Antonela y sus hijos. 

Una postal que reflejaba que esta no era una noche cualquiera. Era un cierre de ciclo, un capítulo que se cerraba con la familia como testigo privilegiado de la historia.

Un rival especial

Venezuela fue el rival en esa velada inolvidable. La Vinotinto no tenía chances reales de complicar a Argentina, pero en la cancha se jugaba otra cosa: el respeto por el fútbol y el marco perfecto para que Messi brillara sin presiones. Y vaya si lo hizo.

Despedida del Goat

El partido: goles, magia y emoción

El primer gol: un pase, una pared y la sutileza de siempre

El marcador se abrió con una jugada que reflejó el ADN de esta Selección: paciencia, toque corto, inteligencia. Paredes metió un pase brillante, Julián Álvarez la tocó con sensibilidad y Messi definió con esa frialdad que lo caracteriza.

La gente explotó. No solo porque Argentina ganaba, sino porque el gol llevaba la firma del 10.

El segundo gol: participación clave

Aunque no lo firmó él, sino Lautaro Martínez, el segundo gol también tuvo su sello en la jugada previa. Porque Messi no solo convierte: construye, inventa, genera. Es el corazón del equipo.

Con un pase de Messi en profundidad para Nico González, que lanzó un centro al punto penal, “el Toro” definió de palomita.

El tercero: una obra de arte 

Ya en el segundo tiempo, Messi volvió a aparecer. Control perfecto, gambeta corta y definición sutil. Golazo. El Monumental fue un solo grito. 

Era el cierre soñado: Messi, otra vez, regalando magia en lo que podía ser su última Eliminatoria en casa.

Despedida del Goat

El Monumental: un estadio que fue un templo

Ver el Monumental esa noche fue entender lo que significa Messi para los argentinos. Miles de camisetas con su nombre, banderas con mensajes de amor, y un público que coreaba su apellido desde el calentamiento hasta el pitazo final. 

No era un partido más: era una despedida, un homenaje y una declaración de amor eterno.

El himno sonó con fuerza, pero lo que realmente erizó la piel fue escuchar a todo un estadio gritar “Messi, Messi, Messi” después de cada intervención. 

Fue un aplauso colectivo, un gracias eterno que bajaba desde las tribunas.


El adiós simbólico

Declaraciones después del partido

Tras el 3-0, Messi habló con la prensa y dejó frases que confirmaron el tono de la noche: “Voy día a día. Disfruto de todo esto porque sé que no es para siempre”. 

No anunció su retiro, pero tampoco dejó certezas. Esa ambigüedad fue suficiente para que la gente entendiera que el final está cerca.

Las estadísticas de una carrera impresionante

Con este partido, Messi cerró un ciclo de Eliminatorias con números descomunales: máximo goleador histórico de la competencia, jugador con más partidos y, por supuesto, con más influencia en el juego de la Selección. 

Su despedida en casa fue el broche de oro a una etapa llena de récords.

El abrazo con sus compañeros

La emoción también se reflejó en la relación con el plantel. Cada gol fue festejado con abrazos sentidos, con sonrisas cómplices. 

Messi ya no es solo el capitán: es el hermano mayor, el referente y el ejemplo a seguir para las nuevas generaciones.


El impacto de la despedida en la gente

En el Monumental

Miles de hinchas lloraron, aplaudieron y grabaron cada movimiento de Messi. No querían perderse nada: cada control, cada toque, cada mirada era un recuerdo para guardar de por vida. 

Padres señalando a sus hijos: “Mirá, es Messi. El mejor de la historia”. Una herencia que pasa de generación en generación.

En las redes sociales

El partido explotó en las redes. Hashtags como #GraciasMessi, #MessiEterno y #UltimaEliminatoria se convirtieron en tendencia mundial. 

Videos de los goles, de la ovación, de la entrada al campo de juego acompañada de sus hijos. 

El mundo entero habló de esa noche en Buenos Aires.

En los medios

Los portales deportivos de todo el planeta titularon con la misma idea: Messi se despidió a lo grande. Doblete, victoria y ovación. 

Desde España hasta Asia, todos remarcaron que el partido contra Venezuela fue mucho más que fútbol: fue historia pura.


Messi y el legado en la Selección

De las críticas al amor eterno

No siempre fue fácil la relación de Messi con la Selección y con los hinchas. Hubo críticas, frustraciones, derrotas dolorosas. 

Pero con el tiempo, con la Copa América 2021, la Finalissima y el Mundial 2022, todo cambió. 

Hoy, Messi es amado sin condiciones. Y este partido fue la demostración más clara de ese amor.

Lo que deja a las nuevas generaciones

El 10 no solo deja goles y títulos. Deja una forma de vivir el fútbol: la humildad, el sacrificio, el compromiso con la camiseta. 

Sus compañeros lo saben, y los chicos que lo miran desde la tribuna también. 

El legado de Messi va mucho más allá de lo que ocurre dentro de la cancha.


¿Y ahora qué?

La gran pregunta que quedó flotando después del partido es qué pasará con Messi en la Selección. Jugará el Mundial 2030, ¿sí o no? 

Él mismo dijo que vive el día a día, que disfruta cada momento. La certeza es una sola: cada vez que pise una cancha con la camiseta celeste y blanca, será un acontecimiento mundial.

Mientras tanto, los hinchas argentinos tienen claro que el partido frente a Venezuela fue un regalo

Un adiós simbólico que permitió decirle gracias al capitán en su propia casa.


Conclusión

El revuelo por el partido de Messi contra Venezuela no fue exagerado: fue justo. 

Fue el reconocimiento a una carrera inigualable, a un jugador que cambió la historia del fútbol argentino y mundial. 

Fue el cierre de una etapa y el inicio de otra, donde cada minuto de Messi con la Selección será oro puro.

Los goles, la emoción, la ovación y el Monumental convertido en un templo demostraron que el fútbol argentino entendió la magnitud del momento. 

Messi no se fue todavía, pero esa noche se vivió como una despedida anticipada. 

Y si hay algo que quedó claro es que, pase lo que pase, Messi será eterno.


Palabras finales

Messi contra Venezuela no fue un partido más. Fue un símbolo, un ritual, un acto de amor nacional. 

Fue el día en que millones de argentinos volvieron a gritar gracias y aplaudir al mejor de todos los tiempos. 

Y si de algo podemos estar seguros es que, aunque la camiseta algún día quede colgada, la leyenda de Messi en la Selección vivirá para siempre…


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