Dos apellidos distintos, un mismo hito.
En 1954, Fritz y Ottmar Walter, de Alemania Occidental, se convirtieron en los primeros hermanos en ganar la Copa Mundial de la FIFA. Tan solo 12 años después, los grandísimos Jack y Bobby Charlton repitieron la gesta con Inglaterra en casa.
Por fifa.com
La dupla alemana tocó el cielo en Suiza
Hablemos primero de los Walter. Fritz y Ottmar viajaron a Suiza 1954 como dos de los atacantes más temibles de Alemania Occidental. La pareja había marcado muchísimos goles con el club de su ciudad natal, el Kaiserslautern, y después dejaron su sello en el mayor escenario del fútbol.
Ottmar, de 30 años (tres menos que su hermano), ayudó a su selección a empezar el torneo con muy buen pie: anotó la tercera diana de la contundente victoria por 4 a 1 frente a Turquía. Los Walter también vieron puerta en el choque de desempate frente a los otomanos, que terminó 7 a 2 y aseguró a los alemanes occidentales una plaza en las eliminatorias.
Tras superar a Yugoslavia, la selección se midió a Austria en semifinales: de nuevo, los hermanos contribuyeron a que el equipo obtuviese, con un 6 a 1, el billete a la final. Fritz, que era capitán, marcó dos veces de penalti, y Ottmar también logró un doblete.
Entonces, se produjo el milagro de Berna. En la fase de grupos, la Hungría de Ferenc Puskás y compañía había arrollado a Alemania Occidental por 8 a 3. Cuando los magiares mágicos se pusieron 2 a 0 en los primeros ocho minutos de la final, todo hacía presagiar que las cosas acabarían parecido.
Sin embargo, en esta ocasión, Alemania Occidental no se desmoronó. Maximilian Morlock recortó distancias y después, las dos dianas de Helmut Rahn certificaron la milagrosa remontada.
Fritz fue el primer capitán alemán en levantar la Copa Jules Rimet, lo que hizo que el momento, que pudo compartir con su querido hermano Ottmar, fuese aún más especial.
El estilo y la garra de los Charlton inspiraron a Inglaterra
Jack y Bobby Charlton serán recordados como dos de los mayores servidores del fútbol en Inglaterra. La dupla, originaria de Ashington (una pequeña localidad en el noreste del país), fue parte integral del equipo que logró la que hasta la fecha es la única Copa Mundial de los Tres Leones
Jack era un defensa duro e implacable, mientras que la enorme calidad técnica de Bobby le permitía destacar como mediocentro ofensivo, extremo o delantero centro.
En 1966, Inglaterra, la selección anfitriona, tenía muchas expectativas en el torneo, aunque su primer partido se saldó con un empate a cero frente a Uruguay en Wembley. Bobby, que por entonces contaba 28 primaveras, abrió la lata frente a México en el segundo partido y dio alas a los suyos para acabar venciendo por 2 a 0. Los ingleses obtuvieron el mismo resultado frente a Francia y, con ello, el pase a la ronda eliminatoria.
Jack, de 31 años, y el capitán Bobby Moore formaban un muro en el centro de la zaga: con la victoria 1 a 0 frente a Argentina en cuartos, encadenaron cuatro partidos sin encajar un solo gol.
En la semifinal se enfrentaron a la Portugal de Eusébio: Bobby, la leyenda del Manchester United, marcó los dos goles que certificaron la victoria de su selección por 2 a 1. Su segundo tanto fue un misil desde dentro del área marca de la casa.
En la final les esperaba Alemania Occidental: Geoff Hurst acaparó todas las miradas con su hat-trick y los Tres Leones alcanzaron la gloria tras imponerse 4 a 2, prórroga incluida.
Con este triunfo, los hermanos Charlton habían llegado a la tierra prometida. Tiempo después, Bobby recordaría una conversación con Jack en medio de toda la euforia de Wembley, un campo sagrado. Fueron pocas palabras, pero resumían a la perfección su hazaña.
“Mi hermano me dijo ‘¿No estás alucinando, hermanito?’ y yo le contesté ‘Jackie, ya nada volverá a ser como antes'”.
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