El fútbol, como el deporte más popular y practicado del mundo, no solo ofrece emociones en el terreno de juego, sino también múltiples beneficios significativos para la salud.
Sin embargo, para aquellos que padecen hipertensión arterial, sumergirse en esta actividad deportiva requiere ciertas consideraciones.
Este deporte de equipo dinámico puede proporcionar una serie de beneficios físicos y mentales a quienes lo practican.
Entre ellos, se destacan la mejora del sistema cardiovascular, el control del peso, la prevención de la diabetes, el fortalecimiento de los músculos y los huesos, la liberación de endorfinas y la reducción del estrés.
Sin embargo, es fundamental entender las precauciones y limitaciones particulares para garantizar que sea una actividad segura para aquellos que padecen esta afección.
Pero, ¿qué relación hay entre la hipertensión y el fútbol? ¿Qué beneficios puede obtener? ¿Qué precauciones debe tomar?
A continuación veremos todo lo que hay que saber sobre la hipertensión arterial y el fútbol.
Además, los posibles beneficios que el fútbol puede brindar a las personas con hipertensión, así como las precauciones clave que deben tenerse en cuenta al participar en este apasionante deporte.
¿Qué es la Hipertensión Arterial?
La hipertensión arterial es una enfermedad que afecta a millones de personas en el mundo y que puede tener graves consecuencias para la salud. Hipertensión es el término médico que se usa para referirse a la presión arterial elevada.
Esta condición se produce cuando la presión que ejerce la sangre sobre las paredes de las arterias es demasiado alta.
La presión arterial se mide en milímetros de mercurio (mm Hg) y se expresa con dos valores:
- la presión arterial sistólica o máxima, que es la que se produce cuando el corazón se contrae y bombea la sangre,
- la presión arterial diastólica o mínima, que es la que se produce cuando el corazón se relaja y se llena de sangre.
Se considera que una persona tiene hipertensión cuando su presión arterial sistólica (la máxima) es igual o superior a 140 mmHg y/o su presión arterial diastólica (la mínima) es igual o superior a 90 mmHg.
La hipertensión es un factor de riesgo para el desarrollo de enfermedades cardiovasculares, cerebrovasculares y renales, que pueden afectar la calidad y la esperanza de vida de las personas.
Según la Organización Mundial de la Salud, esta afección es responsable de alrededor del 13% de las muertes en el mundo.
La hipertensión es una enfermedad silenciosa, que generalmente no da síntomas y que puede pasar desapercibida durante años.
Por eso, es importante medir la presión arterial de forma regular y acudir al médico si se detectan valores elevados.
La hipertensión se puede prevenir y tratar con cambios en el estilo de vida y con medicación, si es necesario.
El Fútbol y la Hipertensión
El ejercicio es esencial para la salud en general, incluyendo a las personas con hipertensión. Sin embargo, la cantidad y el tipo de ejercicio pueden variar según la condición física individual y el control de la presión arterial.
Hay deportes que son recomendables para hipertensos y otros que no (como buceo, paracaidismo, etc). Sin embargo, debe quedar claro que el ejercicio es parte de las indicaciones en el control de la enfermedad.
Básicamente, los deportes recomendables para un hipertenso son los aeróbicos.
En el caso del fútbol, un deporte de alta intensidad y con cambios bruscos de ritmo, es recomendable comenzar con ejercicios de menor impacto y aumentar gradualmente la actividad física.
Se sugiere consultar con un profesional médico o un entrenador especializado para adaptar el programa de entrenamiento según las necesidades específicas de cada persona con hipertensión.
Es importante recordar que el nivel de ejercicio debe ser adecuado para no sobrecargar el sistema cardiovascular y siempre se deben tener en cuenta las recomendaciones médicas individuales
El fútbol puede ser beneficioso para las personas con hipertensión, siempre y cuando se practique de forma adecuada y controlada.
El fútbol puede ayudar a reducir la presión arterial, a mejorar la función cardíaca, a prevenir o retrasar las complicaciones cardiovasculares y a mejorar la calidad de vida de las personas con hipertensión.
Sin embargo, también implica ciertos riesgos, especialmente para las personas que padecen hipertensión no controlada o con complicaciones.
Es un deporte de alta intensidad y de carácter intermitente, que implica cambios de ritmo, de dirección y de posición. Por ello, requiere una buena condición física y una adecuada adaptación al esfuerzo y control médio.
Esto es porque puede provocar un aumento brusco de la presión arterial, una arritmia cardíaca, un infarto de miocardio, un accidente cerebrovascular o una insuficiencia renal, entre otras complicaciones graves.
Por lo general…
Una persona hipertensa debería practicar fútbol entre 3 y 5 veces por semana. Esto con una duración de entre 30 y 60 minutos por sesión, y con una intensidad moderada, que se sitúa entre el 45 y el 75% de la frecuencia cardíaca máxima.
Estos valores pueden variar según la tolerancia y la respuesta al ejercicio de cada persona, por lo que se recomienda ajustarlos periódicamente con la ayuda de un profesional.
Beneficios del Fútbol para la Hipertensión
El fútbol, como cualquier forma de actividad física, puede ofrecer varios beneficios para personas con hipertensión arterial, siempre que se practique bajo supervisión, de forma regular y controlada, y con las precauciones adecuadas:
• Reducir la presión arterial.
El ejercicio físico ayuda a dilatar las arterias, lo que facilita el flujo de la sangre y disminuye la resistencia vascular.
Además, el ejercicio físico mejora la función endotelial, la elasticidad arterial y el equilibrio entre el sistema simpático y el parasimpático.
Según algunos estudios, el fútbol puede reducir la presión arterial sistólica en 6-8 mmHg y la presión arterial diastólica en 4-5 mmHg.
• Mejorar su función cardíaca.
El fútbol aumenta la capacidad aeróbica, el consumo máximo de oxígeno, el gasto cardíaco y el volumen sistólico.
También reduce la frecuencia cardíaca en reposo y durante el ejercicio, lo que disminuye la demanda de oxígeno del corazón. El fútbol puede mejorar la función cardíaca en un 10-15%.
• Prevenir o retrasar las complicaciones cardiovasculares.
El fútbol mejora los factores de riesgo asociados a la hipertensión, como el colesterol, los triglicéridos, la glucosa, la insulina, el índice de masa corporal, la grasa abdominal y la inflamación.
También previene o retrasa el desarrollo de la aterosclerosis, la hipertrofia ventricular izquierda, la fibrilación auricular y la insuficiencia cardíaca.
El fútbol puede reducir el riesgo de mortalidad cardiovascular en un 50%.
• Mejorar su calidad de vida.
El fútbol tiene efectos positivos sobre la salud mental, el bienestar emocional, la autoestima, la confianza, la motivación, la satisfacción y la integración social.
Ayuda a combatir el estrés, la ansiedad, la depresión y el aislamiento.
Es una fuente de diversión, de ilusión, de pasión y de felicidad. El fútbol puede mejorar la calidad de vida en un 20-30%.
• Control del peso.
La práctica regular de fútbol puede ayudar a mantener un peso saludable o a perder peso si es necesario.
Mantener un peso corporal adecuado puede reducir la presión arterial en personas con hipertensión.
• Reducción del estrés.
La actividad física, como el fútbol, libera endorfinas, conocidas como las hormonas de la felicidad, que pueden reducir el estrés y la ansiedad, lo que puede ayudar a controlar la presión arterial.
• Fortalecimiento muscular y óseo.
Jugar fútbol implica correr, saltar y otros movimientos que pueden fortalecer los músculos y los huesos.
Esto puede mejorar la salud general y contribuir a una mejor circulación sanguínea.
• Mejora la calidad del sueño.
El ejercicio regular puede mejorar la calidad del sueño, lo que es beneficioso para las personas con hipertensión arterial, ya que el descanso adecuado contribuye a la salud general.
• Fomento de la socialización.
Participar en un equipo de fútbol o simplemente jugar con amigos puede fomentar la socialización y la interacción, lo cual puede ser beneficioso para la salud mental y emocional, lo que indirectamente afecta la presión arterial.
Recordar siempre…
Es esencial destacar que estos beneficios pueden variar de persona a persona, y es importante consultar a un médico antes de iniciar cualquier programa de ejercicio, incluso si se trata de un deporte tan popular como el fútbol.
Los profesionales de la salud pueden ofrecer orientación específica y consejos adaptados a las necesidades individuales para practicar fútbol de manera segura y beneficiosa para personas con hipertensión arterial.
¿Qué precauciones hay que tomar?
Para practicar fútbol con hipertensión, es necesario seguir una serie de precauciones que garanticen la seguridad y el bienestar de las personas.
Estas precauciones son las siguientes:
• Estar bajo control médico y seguir las indicaciones del especialista. Esto implica tomar la medicación adecuada, seguir una dieta equilibrada, evitar el tabaco y el alcohol, y controlar el estrés.
• Someterse a una evaluación previa que determine la capacidad física y el riesgo cardiovascular.
Esta evaluación debe incluir una historia clínica, un examen físico, una medición de la presión arterial, un electrocardiograma y, en algunos casos, una prueba de esfuerzo.
• Adaptarse al nivel de entrenamiento y seguir un programa de ejercicio supervisado por un profesional.
El fútbol requiere una buena condición física y una adecuada progresión en la carga de trabajo.
Se recomienda empezar con una intensidad moderada y aumentarla gradualmente, respetando los tiempos de calentamiento, recuperación y enfriamiento. Se debe evitar el exceso de esfuerzo y la competición.
• Evitar jugar al fútbol en condiciones climáticas extremas, como altas temperaturas, humedad o altitud.
Estas condiciones pueden alterar la regulación de la presión arterial y aumentar el riesgo de deshidratación, golpe de calor o mal de altura.
• Parar inmediatamente si siente algún síntoma de malestar, como dolor en el pecho, falta de aire, mareo, náuseas o palpitaciones.
• Hidratarse adecuadamente antes, durante y después del partido o del entrenamiento.
Se debe beber agua o bebidas isotónicas, evitando las bebidas alcohólicas, con cafeína o azucaradas. Se debe reponer el líquido perdido por el sudor y evitar la sed.
• Calentar bien antes de empezar y estirar al terminar. El calentamiento debe durar entre 10 y 15 minutos e incluir ejercicios de movilidad articular, estiramientos suaves y ejercicios aeróbicos de baja intensidad.
El estiramiento debe durar entre 5 y 10 minutos e incluir ejercicios de elongación muscular, respiración y relajación.
• No forzar el ritmo ni el esfuerzo más allá de las posibilidades. Se debe respetar el propio ritmo y el de los compañeros, evitando las situaciones de estrés, ansiedad o agresividad.
Se debe escuchar al cuerpo y parar inmediatamente si se siente algún síntoma de malestar, como dolor en el pecho, falta de aire, mareo, náuseas o palpitaciones.
• Llevar siempre consigo la medicación y el tensiómetro, y medirse la presión arterial antes y después de jugar. Se debe tomar la medicación según la prescripción médica, sin saltarse ninguna dosis ni modificarla por cuenta propia.
Se debe medir la presión arterial en condiciones de reposo y con un aparato validado. Tratar de anotar los valores obtenidos y consultar al médico si hay alguna alteración.
El jugador que padezca de hipertensión deberá estar familiarizado con el uso de tensiómetros. Es vital que controle regularmente su presión arterial y sepa interpretar adecuadamente los valores que proporciona el dispositivo.
Recibir orientación médica es esencial en este proceso, ya que este control constituye un elemento fundamental dentro del tratamiento de la enfermedad.
• Informar a los compañeros y al entrenador de la condición y de cómo actuar en caso de emergencia. Se debe comunicar a los demás que se padece hipertensión y que se toma medicación.
Enseñarle a los demás cómo medir la presión arterial y cómo reconocer los signos de alarma. Se debe tener a mano un teléfono y los números de emergencia.
• Utilizar relojes inteligentes para el control de la hipertensión. Estos son dispositivos que pueden ayudar a monitorear la presión arterial y el ritmo cardíaco de los usuarios.
Estos relojes pueden ofrecer funciones adicionales, como electrocardiograma, control de la actividad física, notificaciones, GPS, entre otras.
Pueden ser una herramienta útil para mejorar los hábitos de vida y cuidar el corazón, pero no deben sustituir la opinión médica ni el uso de un tensiómetro digital.
Tampoco deben ser la única medida de referencia para el diagnóstico o el tratamiento de la hipertensión.
Jugadores de Fútbol Conocidos con Hipertensión Arterial:
• Diego Maradona, el legendario futbolista argentino que falleció en 2020 por un paro cardiorrespiratorio. Maradona sufría de hipertensión desde hace años y tenía problemas de adicción a las drogas y al alcohol.
• Lionel Messi, el astro del fútbol mundial que juega para el Paris Saint-Germain y la selección argentina. Messi fue diagnosticado con hipertensión en 2017 y desde entonces sigue un tratamiento médico y una dieta especial.
• Cristiano Ronaldo, el goleador portugués que milita en el Manchester United y la selección de Portugal. Ronaldo padece de hipertensión desde 2019 y se somete a controles periódicos para evitar complicaciones.
• Sergio Ramos, el defensa español que actualmente juega para el Paris Saint-Germain y la selección de España. Ramos tiene hipertensión desde 2018 y se cuida con una alimentación saludable y una rutina de ejercicios.
• Neymar Jr., el delantero brasileño que forma parte del Paris Saint-Germain y la selección de Brasil. Neymar fue detectado con hipertensión en 2021 y sigue un plan de prevención y tratamiento para controlar su presión arterial.
Conclusión
La hipertensión y el fútbol son dos conceptos que pueden convivir de forma armónica, siempre que se sigan las recomendaciones médicas y se adopten las medidas de precaución necesarias.
El fútbol, como actividad deportiva, ofrece una gama de beneficios significativos para aquellos que enfrentan la hipertensión arterial.
A través de su práctica, se pueden experimentar mejoras en la condición cardiovascular, el control del peso y la reducción del estrés.
Sin embargo, es crucial recordar que, al participar en este deporte, se deben tomar precauciones para mantener un nivel seguro de actividad física.
Mantener un diálogo constante con un profesional de la salud, conocer los límites personales y estar atento a las señales del cuerpo durante la actividad futbolística son aspectos fundamentales para disfrutar de los beneficios del fútbol y al mismo tiempo manejar de manera adecuada la hipertensión arterial.
El fútbol es una terapia natural, una medicina preventiva y una fuente de alegría para las personas con hipertensión.
Si te gusta el fútbol y tenés hipertensión, no lo dudes: ¡Ponete los botines y salí a jugar!
¡Consultá siempre con tu médico de confianza!
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