19 de Febrero: Día Internacional contra el LGBT-Odio en el Deporte

El deporte es pasión, entrega y disciplina. Es el lugar donde se celebran las hazañas del cuerpo y la mente, donde se rompen límites y se construyen leyendas. 

Sin embargo, para muchas personas LGBT+, el deporte también ha sido un espacio de exclusión, discriminación y violencia

El 19 de febrero, Día Internacional contra el LGBT-Odio en el Deporte, nos invita a reflexionar sobre la historia de opresión que ha atravesado la diversidad en el ámbito deportivo y el camino que aún queda por recorrer para garantizar una práctica deportiva libre, inclusiva y sin prejuicios.

Un campo de juego marcado por la discriminación

Desde tiempos inmemoriales, el deporte ha sido construido bajo estructuras rígidas y normativas que refuerzan los estereotipos de género

Las competiciones se dividen en categorías masculinas y femeninas, como si el binarismo fuera la única realidad posible. 

Esta estructura ha dejado afuera a miles de deportistas cuya identidad o expresión de género no encaja en esas normas impuestas, privándolos del derecho a competir en igualdad de condiciones.

El prejuicio y la falta de educación en diversidad han provocado que muchas personas LGBT+ abandonen el deporte. 

La homofobia, la transfobia y la lesbofobia no solo se manifiestan en insultos y agresiones dentro de vestuarios y tribunas, sino también en la falta de oportunidades, en la invisibilización de referentes y en la imposición de reglas que impiden a ciertas personas participar libremente.

Esta fecha fue seleccionada en honor al nacimiento de Justin Fashanu, un futbolista profesional inglés y afrodescendiente, que en 1990 se convirtió en el primer futbolista en declarar su homosexualidad. Luego de salir del closet y revelar su orientación, sufrió acoso homofóbico y, ocho años después, puso fin a su vida.

Justin Fashanu, el primer futbolista en declarar su homosexualidad.

Las normas excluyentes y el impacto en los cuerpos diversos

El reglamento de muchas disciplinas deportivas sigue anclado en criterios que no contemplan la realidad de la diversidad. 

Por ejemplo, las pruebas de testosterona para atletas trans y la imposibilidad de competir en la categoría que corresponde a su identidad de género son barreras que no solo afectan su desarrollo profesional, sino que también envían un mensaje de rechazo y deslegitimación.

A lo largo de los años, distintas instituciones han tomado posturas restrictivas contra la participación de deportistas trans y no binaries, argumentando que podrían tener «ventajas injustas«. 

Sin embargo, múltiples estudios han demostrado que el desempeño deportivo no se reduce a los niveles hormonales, sino a una combinación de factores como el entrenamiento, la técnica y la preparación mental

Esta lucha por el reconocimiento ha llevado a muchas personas a abandonar su pasión o a tener que batallar judicialmente para que se les permita competir.

El deporte como trinchera de resistencia

A pesar de los obstáculos, las personas LGBT+ han encontrado maneras de ganar espacio en el mundo del deporte. 

En las últimas décadas, han surgido clubes y ligas inclusivas que promueven la diversidad y garantizan la seguridad de sus integrantes. 

Equipos de fútbol, rugby, vóley y otras disciplinas han nacido con el propósito de brindar un espacio libre de discriminación, donde la orientación sexual o la identidad de género no sean un impedimento para jugar.

Además, cada vez más deportistas de élite han decidido visibilizar su identidad. Referentes como Megan Rapinoe, Ian Thorpe, Gus Kenworthy o Fallon Fox han alzado la voz para reivindicar su lugar en el deporte profesional, desafiando prejuicios y abriendo puertas para las nuevas generaciones. 

En Argentina, clubes como Ciervos Pampas y SAFI Diversidad han demostrado que es posible practicar deporte sin miedo a la discriminación.

El papel de los hinchas y los medios de comunicación

Si bien el cambio dentro de las estructuras deportivas es fundamental, también lo es la transformación de la cultura futbolera y deportiva en general. 

En muchas canchas del mundo, los insultos homofóbicos siguen siendo parte del folklore, perpetuando un ambiente hostil para las personas LGBT+. 

Erradicar el LGBT-odio en el deporte también implica educar a la hinchada, promoviendo campañas de concientización y sancionando actitudes discriminatorias.

Además, los medios de comunicación juegan un rol clave en esta batalla. La manera en que se informa sobre los deportistas LGBT+ influye en la percepción social y en la posibilidad de normalizar su presencia en el ámbito deportivo. 

Evitar la morbosidad, destacar los logros sin reducir su identidad a una anécdota y darles voz en las coberturas deportivas es una forma de contribuir a una sociedad más inclusiva.

El Importancia de la Representación

El valor de la representación en el deporte no puede ser subestimado, ya que juega un papel crucial en el fomento de la inclusión y el respeto hacia todas las personas, independientemente de su orientación sexual, identidad de género o características sexuales. 

Para las infancias, juventudes y personas adultas LGBTI+, contar con figuras que reflejen su identidad en el ámbito deportivo es fundamental para mantener su pasión por el deporte. 

La visibilidad de los atletas LGBTI+ brinda un ejemplo claro de que todos tienen un lugar en el deporte, sin importar su identidad, lo cual inspira y motiva a más personas a seguir practicando.

Además, la representación no solo beneficia a las personas dentro de la comunidad LGBTI+, sino que también promueve una sociedad más diversa e inclusiva

La presencia de atletas diversos en el deporte es una herramienta poderosa para desafiar y erradicar los prejuicios que aún persisten en torno a la orientación sexual y la identidad de género. 

Cada vez que una persona LGBTI+ se ve reflejada en un deportista de alto rendimiento o en una competencia deportiva, se construye un paso hacia una sociedad más igualitaria, donde la diversidad es celebrada y no vista como una diferencia a ser rechazada. 

Es esencial que todos, sin importar su identidad, tengan la oportunidad de expresarse libremente en el deporte y en todos los ámbitos de la vida. 

La visibilidad en el deporte es un acto de resistencia, pero también de esperanza, ya que permite imaginar un futuro en el que la igualdad sea la norma, no la excepción.

“A mí el fútbol me salvó la vida. La pasaba mal por la discriminación que vivía día a día. Terminó siendo una terapia para mí, una contención psicológica”.

Mara Gómez, primera futbolista trans en jugar en primera división en Argentina.
Mara Gómez (@maragomez.oficial)

Futbolistas que han declarado abiertamente su orientación sexual:

  • Justin Fashanu: fue el primer futbolista profesional en declararse abiertamente gay en 1990.
  • Thomas Hitzlsperger: exmediocentro alemán que jugó en equipos como Lazio, Wolfsburgo o Everton y se declaró homosexual tras su retiro.
  • Josh Cavallo: futbolista australiano que anunció su homosexualidad en octubre de 2021.
  • Anton Hysén: hijo del exfutbolista Glenn Hysén, se declaró públicamente en 2011 y es un defensor de la comunidad LGBTQ+.
  • Mapi León: jugadora del Barcelona que ha reconocido su homosexualidad en distintas entrevistas.
  • David Testo: jugador estadounidense que anunció su homosexualidad en noviembre de 2019.
  • Collin Martin: en 2018 se convirtió en el tercer futbolista profesional estadounidense en declarar que era homosexual.
  • Jakub Jankto: futbolista del Getafe, actualmente cedido en el Sparta Praga, anunció su homosexualidad en febrero de 2023.
  • Nicolás Fernández: en febrero de 2019, se convirtió en el primer futbolista argentino en reconocer públicamente que es gay. 

Hacia un futuro sin exclusión

El 19 de febrero nos recuerda que el deporte debe ser un derecho para todxs, sin excepciones. 

La lucha contra el LGBT-odio en el deporte es un camino largo, pero el avance de la visibilidad, las políticas inclusivas y la educación son señales de que es posible cambiar la historia.

El fútbol, el atletismo, el básquet y todas las disciplinas pueden ser herramientas de integración y cambio social si se practican con valores de respeto y equidad. 

Es responsabilidad de clubes, federaciones, deportistas e hinchada seguir construyendo espacios donde la diversidad sea celebrada y no castigada.

Porque el deporte no es de unos pocos, sino de todxs. Y en la cancha o en la pista, lo único que debería importar es la pasión por jugar y la entrega para superar los límites. 

¡El futuro del deporte será inclusivo, o no será!


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