¿La Pasión por el Fútbol es como el Amor?

El fútbol es una manifestación cultural que captura la esencia de la pasión humana. En cada rincón del planeta, el fútbol tiene la capacidad de despertar emociones que resuenan con la fuerza del amor romántico

Esta comparación no es una exageración poética, sino una realidad que la ciencia ha comenzado a descifrar, revelando que la pasión por el fútbol y el amor comparten más que metáforas. Comparten química, psicología y sociología.

El fútbol marca momentos de alegría, tristeza, triunfo y derrota. Es un hilo conductor que une a la humanidad en una narrativa común, una historia de lealtad y pertenencia que trasciende las diferencias individuales. 

Al igual que el amor romántico, el fútbol tiene el poder de mover a las masas, de inspirar a los poetas y de ser el tema central de innumerables conversaciones.

La ciencia, en su búsqueda por entender los misterios del corazón humano, ha puesto su lente sobre este fenómeno. Investigadores de diversas disciplinas han estudiado cómo el cerebro reacciona ante un gol decisivo, cómo el cuerpo experimenta la tensión de un penalti y cómo el espíritu se eleva con las victorias de un equipo amado. 

Los hallazgos son asombrosos: las regiones cerebrales que se activan, las hormonas que se liberan y las emociones que se desatan en los hinchas al fútbol son sorprendentemente similares a las que experimentamos cuando nos enamoramos.

A continuación, veremos cómo la pasión por el fútbol refleja las complejidades del amor y cómo la comunidad de hinchas evoca el sentido de unidad que buscamos en nuestras relaciones más íntimas.

Veremos que tanto el fútbol como el amor son experiencias que definen nuestra humanidad, que nos enseñan sobre nosotros mismos y sobre cómo nos relacionamos con el mundo que nos rodea.

La Química del Amor y la Pasión por el Fútbol

Cuando hablamos de amor, a menudo nos referimos a ese sentimiento que nos consume y nos lleva a estados de éxtasis y desesperación. Es una montaña rusa emocional que se siente en cada fibra de nuestro ser. Curiosamente, la ciencia ha descubierto que la pasión por el fútbol despierta emociones similares en los hinchas, y todo se reduce a la química cerebral.

La dopamina, conocida como la “hormona del placer”, juega un papel crucial tanto en el amor romántico como en la pasión por el fútbol. Esta sustancia química se libera en momentos de placer y recompensa, y es responsable de esa sensación de felicidad y satisfacción que experimentamos. 

En el contexto del fútbol, ya sea por la anticipación de un partido importante o por la euforia de un gol en el último minuto, la dopamina inunda el cerebro, creando una oleada de felicidad que es indistinguible de la que se siente cuando estamos enamorados.

Pero la dopamina no es la única hormona en juego. La oxitocina, a menudo llamada la “hormona del amor”, también se libera durante las interacciones sociales positivas y al apoyar a nuestro equipo junto a otros hinchas. Esta hormona fortalece los lazos sociales y fomenta la sensación de conexión con los demás, algo que es fundamental tanto en las relaciones románticas como en la comunidad de seguidores de un equipo de fútbol.

Además, la adrenalina y la noradrenalina también entran en acción, especialmente en momentos de tensión y emoción intensa durante el juego. Estas hormonas aumentan la frecuencia cardíaca y la presión arterial, preparando al cuerpo para la acción. Es la misma respuesta fisiológica que experimentamos cuando estamos con una persona que amamos profundamente y nos encontramos en situaciones de estrés o peligro.

“Los hinchas viven en un estado de enamoramiento permanente”.

Germán Diorio, psicólogo del plantel profesional de Vélez y autor del libro “El psicólogo del club”.
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La Fidelidad Infinita

La fidelidad es un pilar del amor romántico, una promesa de permanecer junto a la persona amada en las buenas y en las malas. En el fútbol, esta misma lealtad se refleja en la relación hincha-equipo. No es solo una cuestión de apoyar durante los momentos de triunfo, sino de mantenerse firme cuando la derrota oscurece el estadio. 

Para los verdaderos hinchas, su equipo es una parte integral de su identidad tan importante como cualquier otro aspecto de su vida. 

La ciencia ha estudiado cómo la identificación con un equipo puede influir en la autoestima y el bienestar emocional de una persona. Los resultados demuestran que cuando un equipo gana, la autoestima de los hinchas aumenta, y cuando pierde, tiende a disminuir. Este vínculo emocional es tan fuerte que algunos hinchas sienten una pérdida personal cuando su equipo no logra la victoria.

La fidelidad de los hinchas también se manifiesta en su disposición a seguir a su equipo sin importar las distancias o los obstáculos. Es una peregrinación que a menudo requiere sacrificios personales y financieros. Pero para ellos, no hay sacrificio demasiado grande cuando se trata de estar allí para su equipo.

Esta lealtad incondicional también se ve en cómo los hinchas defienden a su equipo frente a la crítica y el escrutinio. Al igual que en una relación romántica, donde defendemos a nuestra pareja contra las adversidades, los hinchas se mantienen firmes en su apoyo, incluso cuando todo parece estar en contra. Es una muestra de fe y confianza que se puede comparar con la fuerza del amor romántico.

Esta fidelidad demuestra la capacidad humana para amar y comprometerse profundamente con algo más allá de uno mismo. Es una pasión que perdura a través de los años y una llama que no se apaga con el tiempo.

“El vínculo amoroso puede romperse cuando se acaba la etapa del enamoramiento. En cambio en la pasión por el fútbol difícilmente suceda eso: es parte de la identidad, mandatos culturales muy fuertes de los cuales uno nunca puede desprenderse. Como es un vínculo abstracto el enamoramiento por el fútbol no termina nunca, se eterniza. El fútbol te lleva a vivir una pasión siempre joven, siempre adolescente”.

Germán Diorio, psicólogo del plantel profesional de Vélez y autor del libro “El psicólogo del club”.

El Sentimiento de Unidad y Pertenencia

El amor romántico nos brinda una sensación de unidad con otra persona, el deseo de conexión, de sentirse parte de algo más grande que uno mismo.  De manera similar, el fútbol crea un sentido de pertenencia entre los hinchas que brinda una sensación de comunidad y hermandad con una pasión común.

Cuando los hinchas de un equipo se reúnen, ya sea en un estadio o en un bar, las diferencias individuales se desvanecen, y emerge un colectivo unido por una pasión compartida

Esto se manifiesta en canciones de cancha sincronizadas, celebraciones espontáneas y, a veces, en el consuelo mutuo en la derrota. Es una muestra de solidaridad que refleja la unión que sentimos cuando estamos enamorados y nos vemos reflejados en otra persona.

Los estudios han demostrado que ser parte de una comunidad de hinchas puede aumentar significativamente nuestro sentido de pertenencia

Al igual que en una relación amorosa, donde la presencia de la pareja nos hace sentir completos, estar rodeados de otros hinchas que comparten nuestro amor por el fútbol nos hace sentir parte de una familia extendida.

Especialmente, en los momentos en que el equipo necesita el apoyo de sus hinchas, ellos  se unen como un solo ente, impulsando a su equipo con la energía de su conexión colectiva. Es participación activa, una inversión emocional que une a los hinchas en un propósito común.

La universalidad del fútbol es un reflejo de la naturaleza inclusiva del amor, que no conoce fronteras ni limitaciones.

La unidad que se siente entre los hinchas se transmite de generación en generación, fortaleciendo los lazos familiares y creando recuerdos que durarán toda la vida. Es una herencia emocional que se asemeja a la forma en que el amor y el cuidado se pasan dentro de las familias.

La Intensidad de las Emociones

Tanto en el amor como en el fútbol, las emociones pueden ser abrumadoras y son un testimonio de cuánto importa el objeto de nuestro afecto, ya sea una persona o un equipo de fútbol.

El amor tiene altibajos emocionales, desde la euforia del primer encuentro hasta la angustia de un corazón roto. De manera similar, el fútbol provoca un torbellino de emociones en los hinchas, capaz de llevarlos de la alegría a la desolación en segundos. Esta intensidad emocional se compara a la del amor, e incluso puede ser más extrema.

Cuando un equipo juega, están en juego las esperanzas, los sueños y las expectativas de miles de personas. Cada pase, cada gol, cada decisión del árbitro puede desencadenar una respuesta emocional intensa. Un gol puede hacer que un estadio entero estalle en éxtasis colectivo, mientras que un gol en contra puede silenciar a la multitud con una rapidez sorprendente.

Estas emociones extremas pueden afectar la vida cotidiana de los hinchas. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Coimbra en Portugal encontró que los hinchas al fútbol experimentan niveles de estrés similares a los de los propios jugadores como si estuvieran en el campo de juego ellos mismos.

Esta emoción es similar a la que se encuentra en las relaciones románticas, donde el bienestar de la pareja afecta directamente nuestro propio bienestar emocional.

Además, no es raro ver a personas llorando de alegría, abrazándose con desconocidos o celebrando toda la noche. Estas manifestaciones de felicidad son comparables a los momentos de alegría que compartimos con seres queridos en nuestras vidas personales.

Por otro lado, en una derrota pueden sentirse abatidos, desolados, desanimados y a veces incluso entrar en un período de luto. Esta tristeza colectiva muestra cómo su rendimiento puede influir en su estado emocional general.

 “Haría un paralelismo entre pasión por el fútbol y la etapa de enamoramiento del universo del amor. Porque se trata de un período donde prevalece la excitación, la idealización, la fascinación, muchas de las emociones que experimenta el hincha”.

Gervasio Díaz Castelli, licenciado en Psicología (MN 37715), escritor y comunicador, a cargo de #ConsultorioPsicológicoAbierto, del canal Ciudad.com.

La Ciencia Detrás de la Pasión

La comparación de la pasión por el fútbol con el amor romántico no es una mera metáfora poética, sino una realidad respaldada por la ciencia. Los avances en neurociencia han permitido a los investigadores observar el cerebro en acción mientras los hinchas experimentan la emoción del juego.

Las imágenes por resonancia magnética funcional (fMRI) han mostrado que cuando los hinchas al fútbol ven a su equipo jugar, se activan áreas del cerebro asociadas con el amor. Estas regiones están implicadas en la sensación de placer y recompensa y son las mismas que se iluminan cuando pensamos en nuestra pareja.

“Hemos podido comprobar que los sistemas neuronales que se activan son muy semejantes al del amor romántico”.

Miguel Castelo-Branco, investigador de la Universidad de Coimbra, en Portugal.

Esta activación cerebral refleja una conexión emocional profunda con el equipo comparable a la que sentimos hacia las personas que amamos. Ambas conexiones pueden ser una experiencia que domina nuestros pensamientos y emociones y que nos lleva a actuar de maneras que pueden parecer irracionales para los no hinchas.

Además, la investigación ha demostrado que la pasión por el fútbol puede tener un impacto significativo en nuestro bienestar psicológico y físico. Al igual que el amor, puede ser una fuente de alegría y satisfacción, pero también puede causar estrés y ansiedad. Según un estudio, los niveles de estrés de los hinchas aumentan significativamente durante los partidos importantes, lo que puede tener efectos tanto positivos como negativos en la salud.

La ciencia también ha explorado cómo la pasión por el fútbol afecta nuestras relaciones sociales. Al igual que el amor, puede fortalecer los lazos con aquellos que comparten nuestra pasión y crear amistad. Pero también puede ser una fuente de conflicto, especialmente cuando la lealtad a un equipo entra en conflicto con otras relaciones personales.

La ciencia demuestra que la pasión por el fútbol es una forma de amor y afecta nuestras emociones, nuestro comportamiento y nuestras relaciones de manera significativa.

“El fútbol despierta emociones, a veces irracionales, que cruzan la frontera entre el amor tribal y el fanatismo”.

Investigadores de la Universidad de Coimbra, en Portugal.

Conclusión

La ciencia ha confirmado lo que muchos hinchas al fútbol han sabido siempre: que su amor por el juego es profundo y verdadero. 

El fútbol no es solo un juego: es un lenguaje universal que habla de emociones y experiencias compartidas. Nos enseña sobre la lealtad, la comunidad y la capacidad humana para sentir profundamente. Estas lecciones se aplican a todos los aspectos de nuestras vidas, recordándonos la importancia de las conexiones humanas.

La comparación entre el amor romántico y la pasión por el fútbol también nos invita a reflexionar sobre cómo expresamos y valoramos nuestras emociones. En una sociedad que a menudo prioriza la razón sobre el sentimiento, el fútbol ofrece un espacio donde las emociones no solo son aceptadas sino celebradas. Es un recordatorio de que sentir apasionadamente no es una debilidad, sino una parte esencial de lo que significa ser humano.

Reconocer la profundidad de la conexión emocional con el fútbol puede llevar a un mayor respeto y aprecio por los hinchas y por el impacto que el deporte tiene en sus vidas.

La pasión por el fútbol es un reflejo de nuestra búsqueda de conexión y significado. La ciencia ha confirmado lo que los corazones de los hinchas ya sabían: que el fútbol, en su esencia, es una expresión de amor.

Mientras el mundo sigue girando y el fútbol continúa cautivando a las masas, llevemos con nosotros la comprensión de que nuestra pasión por el juego es más que un pasatiempo; es un reflejo de nuestra capacidad para amar. 

Que esta pasión siga uniendo a las personas, trascendiendo barreras y celebrando la alegría de vivir. Porque al final del día, ya sea en el campo de juego o en los rincones más íntimos de nuestro ser, el amor es lo que nos da vida.


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